20 agosto, 2009
Sí, puede sonar terrible y hasta xenófobo, pero les aseguramos que tiene una explicación técnica, o al menos es la vuelta que le podemos encontrar a la cuestión.
No se asusten, no es tan grave como para hacerlo llegar a las autoridades (nos estamos refiriendo ni más ni menos que a los mensajes de texto), pero bien vale aclararlo para que todos los usuarios de telefonía celular lo tengan bien en claro, y para no dejarnos tomar el pelo con una sonrisa en la cara.
El problema reside en nuestro alfabeto. Nuestra profesora de Lengua de la primaria nos asesinaría, pero la pura verdad es que para que no nos metan la mano en el bolsillo, estamos obligados a enviar mensajes de texto llenos de faltas de ortografía.
En el acervo de conocimientos generales del grueso de la comunidad tecnológica, existe el preconcepto de que cada mensaje puede abarcar hasta 160 caracteres. Están en lo cierto, sin duda, pero esto funcionaría en el 100% de los casos si omitieran todo lo que sus padres lucharon para que respeten en cuanto a la lengua que hablan.
Para explicarlo en un lenguaje más técnico, hay dos alfabetos utilizables en la confección de un SMS: el GSM 3.38 (hasta 160 caracteres) y el UNICODE (hasta 70 caracteres).
En el primero están circunscritas todas las letras que contiene el alfabeto inglés, incluidos algún que otro símbolo. En el segundo caben el resto de las letras que no podemos encontrar en el alfabeto inglés, como caracteres del alfabeto cirílico, letras con acentos, con diéresis, y hasta nuestra querida “ñ”.
El motivo por el que se pueden escribir más caracteres con GSM 3.38 que con Unicode es que con el primer sistema cada carácter ocupa 7 bits de información, mientras que con el segundo ocupa 16. Dado que en un SMS caben 1.120 bits, GSM 3.38 permite escribir 160 caracteres (1120 dividido por siete), mientras que Unicode permite escribir 70 (1.120 dividido por 16). Algunos celulares permiten modificar el alfabeto al detectar palabras no incluidas en el GSM, pero de todas formas éstos representan un número ínfimo.
En ciertos equipos basta con poner sólo una letra fuera del standard del GSM para que el alfabeto se convierta a UNICODE, y así, sin pensarlo demasiado, un solo mensaje de 160 caracteres se convirtió en un mensaje de 3 páginas en total (donde entran hasta 70 caracteres por página), haciéndonos pagar el triple por transmitir la misma información.
Excepciones claves que hace el alfabeto GSM por sobre el castellano son la “é” (tanto mayúscula como minúscula), la “ñ” (sólo mayúscula), y paremos de contar. Esas dos letras comúnmente utilizadas en Latinoamérica son las célebres beneficiadas por este alfabeto económico, mientras que el anteriormente mencionado “¿”, la “á” o la “í”, son apartadas de esta suerte de privilegio.
Vayamos a un ejemplo concreto: imaginémonos que estamos redactándole un SMS a nuestro jefe, advirtiéndole que no podremos ir en el día de la fecha puesto que padecemos de una enfermedad sumamente perniciosa. Por supuesto, no podremos enviarle a nuestro superior un mensaje de texto manufacturado con decenas de faltas de ortografía, y llegó el momento pues de poner en la balanza dos elementos fundamentales: resignar nuestra identidad como seres humanos de habla hispana, o ahorrarnos varios centavos.
¿Cómo debemos reaccionar ante esa situación desesperante? La respuesta no es tan fácil como parece, y es una batalla antológica la que se está disputando (nuestro orgullo contra nuestro bolsillo). Si la respuesta es enviar el SMS con faltas de ortografía, seguramente no gastemos más de un mensaje de una página, y nos salvaremos unas monedas que podrán ser utilizadas para algo más útil, como comprarle un regalo al destinatario del mensaje como compensación por las aberraciones que le enviamos.
Si, por el contrario, la solución es enviarle el SMS como corresponde, pues preparémonos para la factura que llegará a fin de mes, porque no será de nuestro agrado.
Creemos que es menester que a partir de estas palabras, muchos de nuestros lectores e integrantes del staff de la revista nos despojemos de una ignorancia que está lejos de haber sido divisada por todos. Proteger nuestro patrimonio monetario es una necesidad y una obligación, y esperemos que este artículo pueda colaborar con la causa.
Pareciera entonces que la única solución es enviar nuestros mensajes de texto en inglés, porque tan desafortunados somos que hasta se nos cobra de más por utilizar un alfabeto disímil al anglosajón. Eso sí, si no sabemos escribir en inglés, o los receptores de nuestros mensajes no saben leerlo del todo bien, podemos ir yendo a nuestra multinacional proveedora del servicio de telefonía celular para que nos ayude a costear las clases particulares.
Les dejamos un link para que puedan ver el listado completo de los caracteres incluidos en el alfabeto GSM (aquél en el que entran hasta 160 de ellos). Cualquier carácter fuera de estos hará que tu mensaje pueda llegar a costar el triple.
¿Qué opinarán nuestros lectores? ¿Respetarán su lengua o se sumirán ante el arbitrario mundo de los SMS?
Federico Javier Gracia
Medios Digitales – RedUsers